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Mostrando las entradas de septiembre 14, 2008

De la patada... (Parte 1)

MÚSICA ACTUAL: Y, ¿si fuera ella? [Alejandro Sanz] || Try [Nelly Furtado] Sip, esa es una buena (excelente, diría yo) forma de describir lo que han sido los últimos días. A decir verdad, no ha pasado nada del otro mundo; el trabajo está tranquilo (salvo algunos asuntitos que definitivamente no se podían obviar), la universidad este semestre está de un relajado absurdo, con eso de estar viendo sólo cuatro materias y mi terrible fijación de no asistir los miércoles o de que, en cualquier caso, sean los profesores los que no asistan xD. El cuento es que me siento de la patada por una circunstancia tan absurda como inverosímil... Guess who? ¡Pues claro! El corazón de pollo que me pusieron es un títere del destino. Entre los videos varios de mi casa y el culebrón de historia que es mi vida personal (amorosa, amistosa, familiar y demás), siento que me estoy desmoronando de a poquitos. Yo sé, es tonto, es pretencioso, es agónico y absurdo, pero es que si pudiera ser lo suficientemente ho

Pasa, pasa... y pasará.

Pasa, pasa y pasa… pasa el tiempo, En noches grises donde el silencio converge, Se disfraza de miedo con cobardía insoluta, Me mira a los ojos y se vuelve letal. Duele, duele y duele… duele la dicha, Hay luna llena pero me quedé sin su luz. No hay sentido en mis palabras pasajeras, Errores grandes he cometido sin distinción. Luego, luego y luego… ya vendrá luego, La espera vale lo que la luz le importa al sol Es egoísta, lo sé… no estoy mintiendo, Pero el deseo nunca va con la razón. Vuela, vuela y vuela… vuela en mi mente, Acaba siendo triste poema al padecer, Desaparecer y volverme viento, sin dudas, El agujero en el pecho me arde otra vez.

Pérdida...

Heroína de tiempos inertes, hoy llora; Se muere despacio su ilusión de seda. Equivocada por el miedo, su voz tiembla, Le duele el pecho, le arde la vida… Huele a cenizas un pedazo de su corazón. Navega en mares de agua dulce su deseo, Sufre el rechazo del objeto de su amor, Negada está a reconocer su desdicha, Macabra lucha de gladiadores en su interior. Escucha voces que son gemidos de pánico, Se mira y sufre, ha envejecido a la espera, Lágrimas secas de un ave triste, se derraman, Se escuda al vuelo de mariposas sin color. Nadie la entiende, nadie la quiere, nadie la mira. Salta al vacio cuando carece de gratitud; El tiempo pasa cual remolino entre las nubes, Si ves la lluvia, hay alguien triste y no eres tú.

Compromiso...

No me tomes a mal, por favor. No estoy huyendo. Divago entre los valles de mi inspiración quimérica Despacio y con tientos, me ciño al deseo urgente, Con el sigiloso amparo que te ofrecen mis brazos. Allí se desnuda la presencia de un sentimiento equívoco, Y te quedas, mi brillo de luna, con el aliento que me falta. Cuando duermo y cuando sueño, el espectro de tu rostro… Me dibuja primaveras y girasoles en el pecho; Pero se desangra cada hoja del papel de mis anhelos, Cuando tus ojos mojan el rincón eterno del desamparo. Te ofrezco sin reparo, el cadencioso vaivén de mis alas; Sublime eternidad que cuelga de un frágil intento, Sumergido en mis recovecos, te cuido sin que lo sepas. No demores mi niño ahora, el letargo que da la espera, Que yo me rindo y el universo se condensa hoy en tus ojos; Cada lágrima que llueve en tu arcoiris sin colores, Vuelve débiles mis pasos y se ahoga en mi conciencia. Me niego a darte en mi delirio, tres estrellas moribundas, Tampoco quiero que recibas otro