Hasta el fin del mundo por amor...

Un día más, y no, no escribo aún mi hoja de vida. Llevo una semana intentándolo, así como llevo una semana tratando de pasar  los apuntes del nuevo libro que estoy escribiendo. No sé si le he tomado algo de fobia a la escritura o simplemente mi muso se durmió en los laureles. Aunque, debo decir que al menos me he sentido cómoda escribiendo otra vez a mano, con el clásico esfero bic y con los tachones que caracterizaron el nacimiento de La Mujer del Vampiro, así que bueno, creo que podré avanzar, pero sólo si saco tiempo ¬¬.

Pero hoy me siento extrañamente inspirada, más que nada porque leer me inspira y hace días no leía con juicio (creo que no leía desde que acabé Amanecer), pero gracias a mi muy querida amiga Cindy (más conocida en el bajo mundo como "La Niña Alice"), en dos días y medio conocí a Laura Gallego y debo decir que... me sorprendió, y hay que ver con no soy fácil de sorprender cuando se trata de literatura. Conseguir que un libro me atrape y me haga su esclava, no es tan sencillo, pero esta historia sí lo consiguió, y de qué manera.

Vamos a empezar por el principio. Pero no, no crean que por el principio del libro, porque tengo ganas de todo, menos de soltar el argumento (no, claro que no. Tienen que leerlo, es un deber moral =D), sino por el principio de "cómo llegué hasta aquí". Desde que la saga de Crepúsculo acabó (o bueno, desde que se cerró ese ciclo), y teniendo en cuenta que la Sra. Meyer está a punto de privarme de mi punto de vista favorito :(, yo me había intrigado mucho con Laura Gallego y con todo el boom que tenía dentro de mis amigos fans y por supuesto con la promoción que Alfaguara le estaba haciendo. He llegado a la conclusión de que mi deber como escritora independiente es leer la mayoría de libros de esa editorial que me sean posibles, pues tengo que entender de una vez por todas cuál es el perfil que un día en una carta fría y desgarradora me dijo que yo no tenía ¬¬, así que Laura Gallego estaba justo en la mira. Es cierto que no obtuve una respuesta sobre aquel "perfil", pero si me enamoré de esta historia de pies a cabeza.

Bipa es total y absolutamente racional y pragmática. Ella es la reina del dicho “lo que no sirve que no estorbe” y realmente toda su vida la ha vivido en pro de hacer el bien a su gente y de vivir una vida normal y tranquila, como la muchacha trabajadora que aprendió a ser. Quiere mucho a los suyos, pero no es dada a los sentimentalismos y mucho menos es soñadora ni idealista como las muchachas de su edad. Vive bajando de la nube a todo el que se le atraviesa y no le gusta la gente que espera más de lo que ya tiene. Se puede decir, que al fin de cuentas es un poco conformista, todo lo contrario que Aer, el joven hijo de su cuasi nana que se robó el corazón de la mitad de las pueblerinas, y aún así, ninguna ha logrado cautivarlo lo suficiente, simplemente porque a él lo único que le importa es su mundo de utopías, donde espera llegar un día a conocer a la Emperatriz que vive en ese palacio lejano y protegido por una luz azul y extraña. Todos siempre han sabido que Aer es hijo de un extranjero que abandonó a su madre, y que él es igual de extraño a su padre, pero también tienen claro que, por ser diferente a todos, un día podría irse y no regresar. Ese concepto es compartido por Bipa, quien lo considera un completo demente, un soñador sin remedio y un cínico bueno para nada, sin oficio ni beneficio.

emperatriz2_1024Pero un día, cuando Aer realmente desaparece, Bipa se ve enfrentada a algo con lo que no contaba. Con la excusa de devolverle a su madre el testarudo de su hijo y con la imperiosa necesidad de demostrar que él está equivocado respecto a la dichosa Emperatriz, se encamina en un viaje desconocido y letal, para encontrar a Aer y traerlo de nuevo a su casa junto a los suyos. Al parecer, todos los que la conocen y a quienes ella conoce en el camino se dan cuenta de sus verdaderas intenciones, pero ella durante todo el viaje (que es entre trágico, peligroso, macabro, triste, difícil, imposible y letal), siguen insistiendo en que él no le importa lo suficiente y que sólo quiere devolverlo a casa. Asunto que luego de unas páginas se vuelve una cuestión de orgullo, al pensar “si llegué hasta aquí, no me voy a devolver”, pero la apremiante necesidad de encontrarlo y de arrebatárselo a la Emperatriz y demostrarle que sus sueños de ser etéreo y prácticamente dejar de existir, no son más valioso que la vida que lleva en las acogedoras cuevas donde han vivido siempre.

Sí, la vida, precisamente la vida que la estrella azul está tratando de arrebatarle, es la misma vida que Bipa está tratando de conservar, y en este viaje tan difícil, ella está retando lo imposible para demostrar que es mucho más valioso tener la capacidad de sentir, de llorar, de reír, de tener hambre, de abrazar… de existir. Y es así como llega casi hasta el fin del mundo buscándolo a él, al testarudo, idiota e irreflexivo Aer, el de la sonrisa arrebatadora que ahora está casi en los huesos, a punto de convertirse en etéreo, ese terco que insiste en que su sueño es volverse eterno… hasta que entiende que en el mundo real, hay mucho más para ver y es más maravilloso sentir, amar, reír y hasta morir, que convertirse en el alimento de una estrella fría y sin corazón, que se alimenta de la esencia de los tontos soñadores que quieren ser espíritu y desprenderse de las necesidades carnales. Hasta el fin del mundo llegó Bipa por amor a un idiota, y no lo reconoció en ninguna de las no sé cuántas páginas que tiene ese libro, eso fue lo que más me impactó.

emperatriz1_1024Una historia mágica, llena de un montón de personajes que a veces ni yo misma entendía pero que la iban llevando por tantas etapas, que ella también estuvo a punto de volverse eterna e invisible, pero aún así, es una historia sobre la perseverancia y el reconocimiento de lo hermoso que es estar vivo y tener un corazón que lata, sangre caliente en las venas, suficiente para que el beso de un ser obstinado como Aer le acelerara el pulso, es una historia sobre la pasión y sobre el hecho de existir, sobre el fuego y el calor, el del hogar, el de una fogata, el que hay en el interior, sobre el amor, sobre lo lejos a donde podemos llegar en su nombre, aunque no sea algo tangible y ni siquiera sepamos lo que es experimentarlo, es mágico, realmente mágico cómo ella lo odió más que a nadie durante su recorrido, por hacer sufrir a su madre, por hacer sufrir a su pueblo, por querer demostrar un total desvarío, y aún así no se rindió en ningún momento en su desesperado intento por salvarlo, por salvarse, por demostrar que él se equivocaba, pero más que nada por mantenerlo a su lado, en el mundo de los vivos, en el mundo de los sentimientos y las pasiones intensas, en ese mundo donde los cuerpos se pueden tocar y saben que son reales, por que vibran, lloran, se estremecen y se sonrojan con un roce fortuito y con el calor de un abrazo.

La Emperatriz de los Etéreos es un libro que puedes devorarte en dos días y medio, pero también es una historia que se te queda en los huesos para toda la vida.

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