Recíproco…

Te estoy devolviendo este día especial, la luz de la luna que me diste alguna vez. Y qué más da, si la sombra del sol está celosa, qué importa ya el susurro de los besos y la vibración de mi voz, si hoy me ahogo en la emoción de decirte dos y tres veces más, que la naturaleza ha sido sabia y te ha puesto a mi lado.

Qué más da si la gente me juzga, si se quejan del sonido de mis egos, de las huellas del viento sin nombre; yo no le temo a las consecuencias ni a andar descalza en las ruinas de tus deseos. Te devuelvo en este día, las alas que me sobran para volar entre bengalas de colores y Mandalas vibrando en lo profundo de mi ser; eres el mago tejedor de luz y me conectas a ese estado en el que soy gloriosa poesía. Ahora por fin tienen sentido los misterios de la reciprocidad.

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